El arte de Sara Baras impregnó Pirineos Sur con un espectáculo de altos vuelos
La bailaora vino al festival oscense, por primera vez, con su espectáculo “Vuela”, un homenaje al guitarrista flamenco Paco de Lucía
Carmen Linares protagonizó otro recital de canto hondo con el que dejó impronta de su leyenda en el festival oscense
El flamenco está teniendo una gran importancia en la XXXI edición de Pirineos Sur: primero fueron los conciertos de Estrella Morente, Israel Fernández y Lin Cortes; y un homenaje a Camarón que hizo que su espíritu estuviera muy presente en Lanuza. Y anoche otra leyenda del género, Paco de Lucía fue recordado con un espectáculo abrumador comandado por la bailaora Sara Baras llamado “Vuela”. Y aún hubo tiempo de disfrutar de otra figura que ha marcado un devenir en el cante hondo: Carmen Linares.
Ella fue precisamente la encargada de abrir esta jornada tan especial. Linares está reconocida como una de las leyendas vivas del flamenco, como en su momento fueron Camarón, Morente o el propio Paco de Lucía. Y precisamente el espíritu de muchos de esos referentes flotó en el pantano de Lanuza. Pero también hubo tiempo para recordar poemas de Miguel Hernández (en los primeros temas del concierto), por supuesto de Machado; y homenajes a las grandes voces de mujeres que abrieron camino en el flamenco. Paco de Lucía fue recordado en un momento especialmente inspirado con un bello dueto de guitarrista y pianista.
Pero lo mejor del concierto fue la fuerza de Linares. Es puro sentimiento, puro flamenco. Y en su repertorio hubo espacio para fandangos, seguiriyas, tangos, bulerías y tarantas. Y de manera muy inteligente intercaló momentos con banda al completo, sola al piano, a la guitarra o con sus palmeros. Finalizó con una ovación con su adaptación de “La baladilla de los tres ríos”, de Lorca. Genia.
“Vuela”, es un título inspirado en las bulerías “Volar” de Paco de Lucía de su disco “Cositas buenas” (2004). Y la bailaora y coreógrafa Sara Baras para celebrar los 25 años de su compañía ha preparado este espectáculo tan especial, compuesto por 15 piezas únicas, donde cada una gira en torno a una palabra. El show se dividió en cuatro actos, todos de ellos con un planteamiento de concepto y lumínico diferente.
Una sencilla silla de respaldo alto era lo único que presidía el escenario antes de arrancar con el espectáculo. Y bajo unos focos laterales, acompañada de un guitarrista apareció Sara Baras; primero sentada, al poco rato taconeando como si le fuera la vida en ello. Público enmudecido. Se retiró para aparecer sus palmeras en una coreografía rítmica con bastones y tacones. Corazones encogidos. La bailaora volvió y fue intercalando números, tanto con banda flamenca como ella sola, dejando espacio tanto para las guitarras, cantaores como las otras bailaoras. En casi hora y media firmó un show memorable que redondeó una de las noches más bonitas del festival, con luna llena que coronaba el cielo del valle de Tena.
Reggae clásico y el nuevo flamenco
Rawayana demostrará esta noche porque es una de las bandas de reggae más importantes del otro lado del charco. La banda venezolana se hizo famosa tras lanzar su disco “Licencia para ser libre” y sus singles “Fuego azul” y “Algo distinto”. La fusión de ska, reggae, funk, soul, rock y ritmos latinos son los ingredientes de la música del cuarteto. Abrirá la noche Baiuca, un músico y productor gallego que fusiona la música electrónica con sonidos tradicionales de la cultura gallega. Su música ha sido descrita como “electrónica folclórica” o “música tradicional deconstruida”..
La intensa semana cerrará con los conciertos de La Plazuela e Iseo & Dodosound. La Plazuela, es un dúo que reivindica sus raíces flamencas, mezclandolas con electrónica y nu funk. Tras dos avances muy bien recibidos, “El lao de la pena” y “Realejo Beach”, el año pasado publicaron su primer disco, “Roneo Funk Club”, con otros éxitos instantáneos como “Péiname Juana” “Ya primera helá”. Iseo & Dodosound son el gran referente nacional del dub y este mismo año acaban de publicar “En la tormenta”. Su cuarto trabajo es probablemente con el que más se han abierto a nuevos sonidos, con momentos cercanos al pop (como se puede escuchar en “Cuando salga el sol”). Y además de abrir su abanico, por primera vez se han animado a cantar en castellano.